Viajar ligero en familia: consejos de una madre con experiencia

Viajar con niños puede parecer como empacar para un pequeño ejército: pañales, refrigerios, juguetes, esa manta imprescindible. Pero después de años cargando maletas abarrotadas por aeropuertos y viajes en auto, he aprendido un par de cosas sobre empacar ligero sin dejar atrás lo esencial. Aquí te explico cómo lo hago funcionar para mi familia y cómo tú también puedes.
Primero, adopta el arte del guardarropa cápsula. Para los niños, elijo conjuntos combinables en colores neutros: piensa en leggings grises, un par de blusas y una chaqueta que les quede bien a todos. En mi caso, me limito a tres pantalones, cuatro blusas y un par de zapatos cómodos que aguanten una caminata o un museo. Las capas son tus aliadas: ahorran espacio y mantienen a todos abrigados.
Después, los refrigerios son indispensables, pero no tienen por qué ocupar demasiado espacio en tu maleta. Empaco bolsas reutilizables con frutos secos o granola, cosas fáciles de rellenar en el supermercado durante el viaje. ¿Una innovación? Una nevera portátil plegable. Es diminuta cuando está vacía, pero tiene suficiente espacio para mantener frescos nuestros alimentos perecederos para una excursión de un día.
Por último, juguetes y entretenimiento. En lugar de empacar un montón de cosas, dejo que cada niño elija un artículo pequeño (un coche, una muñeca) y lleno mi teléfono con audiolibros y juegos sin conexión. Un bloc de dibujo ligero y unos crayones los mantienen entretenidos sin que abulten.
Viajar ligero no significa escatimar, se trata de ser inteligente. La primera vez que lo probé, lo metimos todo en dos maletas de mano para un viaje de una semana. ¿La libertad de no tener que lidiar con el equipaje? Vale cada gramo que dejé atrás.